martes, 16 de marzo de 2021

¡LLEGAN LOS COMUNISTAS!

 


Un sentimiento aterrorizante al comunismo ha venido siendo implantado en las mentes occidentales desde la toma del poder de los bolcheviques en Rusia y el advenimiento de la Unión Soviética; la guerra fría con Estados Unidos exacerbó estos sentimientos gracias a la poderosa máquina de propaganda norteamericana.

Lo cierto es que hay, por todo el mundo, partidos comunistas, socialistas, revolucionarios, populares, etc.  y ninguno tiene las mismas definiciones, ni planteamientos, es más, prácticamente todos ellos, han ido cambiando sus propuestas, adaptándolas lo mejor posible a las circunstancias que enfrentan en cada región.

Lo que la propaganda difunde es el temor a la dictadura del proletariado, a la lucha de clases, al Estado absoluto y controlador, a la nacionalización de las empresas, el pánico a la escasez por el control de precios, a la censura de la prensa, a la coacción de la libertad de opinión, a la persecución política, etc.…etc. Así es como como implantan en la mente de los ciudadanos la analogía entre comunistas = socialistas = izquierdistas = terroristas.

La realidad es muy diferente, todas las agrupaciones de izquierda lo que tienen en común es una bandera por justicia social, pero cada una tiene diferentes visiones, equivocadas o acertadas, para alcanzar su objetivo, de acuerdo a la época y las circunstancias sociales, lo que las convierte en un universo muy diverso.

En estos tiempos de globalización, en nuestra era digital, ya nadie promete estados totalitarios, lucha de clases, estatizaciones y demás, ni se trata de internacionalizar ideologías; cada país, cada región, tiene realidades diferentes y prioridades distintas.

El Perú enfrenta un proceso electoral histórico, porque la corrupción del poder ha llegado a los mas altos niveles y se ha puesto en clara evidencia ante la ciudadanía, la constitución vigente, proclamada por una dictadura, ha demostrado sus mas serias limitaciones y los peruanos claman por su derogatoria; un nuevo pacto social que sirva a las necesidades de la mayoría y no sea solo en beneficio de una elite.

Este proceso ha polarizado el país, la extrema derecha, en su faz mas conservadora y retrograda, ha levantado cabeza; enfrentando a su mas poderoso rival, la izquierda radical, y así como no debemos caer en el juego de identificar comunistas con izquierdistas, con terroristas, no debemos confundir radical con extremista.

En tiempos de emergencia, como el que vivimos, la izquierda tiene   que ser radical, porque la evidencia de la historia nos demuestra que no nos sirve hacer pequeñas reformas aquí y allá para que todo siga igual; la reconstrucción del Perú necesita de un golpe de timón que reacomode todo el sistema y nos asegure el bienestar general.

Que no nos asusten con el fantasma del comunismo, a la hora de votar pensemos en las propuestas que cada candidato expone, no en los memes, etiquetas y terruqueos que difunden las redes; el Perú necesita un cambio radical, porque llevamos décadas gobernados por un sistema político pervertido y el país no lo soporta más.

 

martes, 9 de marzo de 2021

ENCUESTAS Y POLARIZACIONES

 


Cada vez que se aproxima un evento electoral surgen por doquier publicaciones de encuestas que supuestamente analizan la intención de voto del electorado, indicando ventajas para uno u otro candidato.

El problema es que, en un país donde la información política es muy pobre y manipulada, donde décadas de desatinos han creado una endémica indiferencia política dentro de la población, resulta probable inclinar la opinión publica hacia un candidato presentándolo como el favorito de la mayoría.

Por esa razón tantas “encuestadoras” suelen presentar supuestos resultados favoreciendo a los candidatos de las organizaciones que pagan el servicio; la poca seriedad de estos resultados se hace evidente cuando comparamos las grandes diferencias entre una y otra muestra.

Esta forma de “marketing” político ha causado tremendo daño a nuestra sociedad, siendo parte del mercantilismo que ha destruido la confianza política del ciudadano y las estructuras de los partidos que supuestamente deberían representar a los diferentes sectores sociales del país, pero que en vez, se han convertido en cascarones electorales que sirven de trampolín a los oportunistas para llegar a una posición de poder; por tanto, debemos empezar a ser conscientes del fenómeno para destruir su fortaleza.

Una característica especial de este proceso electoral que se vive en el país actualmente es el hecho de que por primera vez en décadas la ciudadanía está polarizándose entre conservadores y radicales; lo que significa que la gente estará votando mayoritariamente “en favor de..” en vez de “en contra de..” o por “el mal menor”, esta vez las personas se están alineando por propuestas en las que se sienten representados, esto que es un punto positivo para el país, puede convertirse prontamente en un grave problema cuando la polarización política se lleva entre los extremistas conservadores (generalmente religiosos fundamentalistas) y extremistas radicales (generalmente quienes impulsan revoluciones violentas) extremos que fomentan odios irracionales que terminan fracturando la integridad de la nación y muchas veces bañando de sangre inocente el país; estamos avisados, no dejemos caer a nuestra sociedad en esta pendiente.

La sociedad necesita claras definiciones políticas de sus ciudadanos, donde cada cual exprese sus diferentes preferencias en cuanto a modelos sociales y económicos, pero a la vez necesitamos trabajar como una sola fuerza una vez definidos los modelos por mayoría democrática; el respeto a las diferencias y el respeto a las minorías es la clave de una democracia de fuertes raíces.

 

martes, 2 de marzo de 2021

PANDEMIA Y NEOLIBERALISMO



Una inimaginable, hace apenas un par de años, pandemia está recorriendo el planeta entero, como solo lo habíamos visto en las películas de ciencia ficción,

Estamos claros que las situaciones accidentales que pueden desencadenar una pandemia de esta naturaleza son difíciles de predecir e incluso de controlar, pero una vez que enfrentamos el hecho de una pandemia de esta magnitud, comprobamos una inmensa irresponsabilidad y un terrible desprecio por la vida humana en la actitud tomada por los gobiernos para combatirla.

Lo más esencial que ha tenido que considerarse es preservar la vida, sin embargo, el sistema neoliberal imperante ha puesto por delante la economía de mercado; no es que sea un nuevo enfoque debido a la pandemia, siempre ha sido ese su orden de prioridades, solo que en esta situación se puesto en una evidencia sumamente trágica.

Cualquier epidemiólogo podía habernos dado la receta para salvar millones de vidas conociendo que el virus solo se trasmite de persona a persona a través de las mucosas y que el periodo de incubación no es mayor a catorce días.

El sentido común debería dictarnos que la mejor manera de detener la expansión de la pandemia y salvar vidas es dictar una cuarentena absoluta, con rígidas medidas de seguridad, durante tres o cuatro semanas, donde nadie pudiera salir de sus casas por ningún motivo, a que sea un caso de emergencia; de esta manera, los contagiados, apenas presenten síntomas serian evacuados a los centros hospitalarios, donde serian tratados tomando las respectivas medidas de aislamiento y nos aseguraríamos que el resto de la población permanezca sano, cortando de raíz la movilidad del virus.

Por supuesto, una medida de esta naturaleza requiere todo un plan logístico de acompañamiento, para garantizar el cumplimiento de las metas.

En primer lugar, asegurar los servicios básicos, policía, fuerzas armadas, bomberos, defensa civil, servicios médicos, agua, electricidad, telefonía, comunicaciones, cuyo personal deberá permanecer en sus puestos durante todo el periodo, con la obligación de proveerles de espacio para descansar y alimentación.

En segundo lugar, asegurar la subsistencia de la población, encargando a las fuerzas armadas y defensa civil, en coordinación con las distintas bases de datos del Estado, el acopio, empaque y distribución de agua y alimentos barrio por barrio, asegurándose que todos reciban lo suficiente para sobrevivir la cuarentena.

En tercer lugar, decretar una moratoria financiera, de tal manera que nadie tenga que pagar sus deudas durante el mes de la cuarentena, esto valido tanto para las personas naturales, como para las empresas y el Estado; en vista que se paraliza la economía durante ese periodo, nadie paga, nadie cobra, a eso se llama paralización perfecta.

En un plazo máximo de un mes se habría detenido la ola de contagios y acabado con la pandemia, pudiendo centrar los recursos médicos en atender a los enfermos y procurar su recuperación; abriendo luego las fronteras para las personas con la condición que cumplan una cuarentena de dos semanas y para los productos cumpliendo con protocolos de desinfección.

Sin embargo, el neoliberalismo no se podía permitir una pérdida económica de esa naturaleza, optando por preservar sus ganancias sobre la vida humana y la seguridad de la población; prefirieron destinar los recursos a sostener la economía y no a las personas.

La falsa premisa de esta operación es que la economía crea los empleos para que la gente sobreviva y si esta cae la población no tendría como sobrevivir; premisa falsa desde un principio, pues no son las empresas las que crean empleos, es la demanda de productos y servicios la que hace surgir empresas y con estas los empleos, sin demanda no hay empresa, demanda que es creada justamente por la población en su papel de consumidor, por tanto es el cliente(el poblador) el único que hace mover la economía y a quien hay que proteger en primer lugar.

Segunda falsía de esta premisa, es evidente que, en un país como Perú, donde un 70% de la economía es informal, el esfuerzo por sostener a las grandes empresas (formales) no tiene el suficiente impacto para preservar la economía nacional; lo que se hizo fundamentalmente es proteger a los dueños de las grandes fortunas asentadas en el país.

Ejemplos a mostrar, China y Cuba, con regímenes autoritarios y con avanzados sistemas de salud, han controlado rápidamente la pandemia con duras medidas restrictivas, protegiendo efectivamente a su población; ¿saben cuántos muertos por COVID-19 hay en Cuba? 300, es decir el 0.003% de su población, esa es la efectividad cuando hay un interés mayor que el de la economía en un gobierno.

No podemos dejarnos engañar por los gobiernos de turno y la propaganda en el sentido que la pandemia es inevitable y que estamos haciendo lo mejor posible dentro de las circunstancias, hay medidas efectivas que se debieron tomar desde un principio y que deberían seguir tomándose en cuenta, aun durante el periodo en que se distribuya la vacuna; cada vida humana es imprescindible y vale mucho más que un puñado de monedas.