Cada vez que se aproxima un evento electoral surgen por doquier publicaciones de encuestas que supuestamente analizan la intención de voto del electorado, indicando ventajas para uno u otro candidato.
El problema es que, en un país donde la información política
es muy pobre y manipulada, donde décadas de desatinos han creado una endémica indiferencia
política dentro de la población, resulta probable inclinar la opinión publica hacia
un candidato presentándolo como el favorito de la mayoría.
Por esa razón tantas “encuestadoras” suelen presentar
supuestos resultados favoreciendo a los candidatos de las organizaciones que
pagan el servicio; la poca seriedad de estos resultados se hace evidente cuando
comparamos las grandes diferencias entre una y otra muestra.
Esta forma de “marketing” político ha causado tremendo
daño a nuestra sociedad, siendo parte del mercantilismo que ha destruido la
confianza política del ciudadano y las estructuras de los partidos que
supuestamente deberían representar a los diferentes sectores sociales del país,
pero que en vez, se han convertido en cascarones electorales que sirven de trampolín
a los oportunistas para llegar a una posición de poder; por tanto, debemos empezar
a ser conscientes del fenómeno para destruir su fortaleza.
Una característica especial de este proceso electoral
que se vive en el país actualmente es el hecho de que por primera vez en décadas
la ciudadanía está polarizándose entre conservadores y radicales; lo que
significa que la gente estará votando mayoritariamente “en favor de..” en vez
de “en contra de..” o por “el mal menor”, esta vez las personas se están alineando
por propuestas en las que se sienten representados, esto que es un punto
positivo para el país, puede convertirse prontamente en un grave problema
cuando la polarización política se lleva entre los extremistas conservadores (generalmente
religiosos fundamentalistas) y extremistas radicales (generalmente quienes
impulsan revoluciones violentas) extremos que fomentan odios irracionales que terminan
fracturando la integridad de la nación y muchas veces bañando de sangre
inocente el país; estamos avisados, no dejemos caer a nuestra sociedad en esta
pendiente.
La sociedad necesita claras definiciones políticas de
sus ciudadanos, donde cada cual exprese sus diferentes preferencias en cuanto a
modelos sociales y económicos, pero a la vez necesitamos trabajar como una sola
fuerza una vez definidos los modelos por mayoría democrática; el respeto a las
diferencias y el respeto a las minorías es la clave de una democracia de fuertes
raíces.
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