Tierra
y Libertad padece de una fuerte crisis de identidad, algunos de sus líderes se
lamentan que las otras organizaciones del Frente Amplio quieren apoderarse de
su organización, sin embargo en otro momento los mismos reclaman que el Frente
Amplio son ellos, como una disfunción de doble personalidad no? lástima que no hay
atención psicológica para organizaciones.
Como
Tierra y Libertad tienen todo un meritorio trabajo realizado durante años, en
defensa del medio ambiente y sus metas ecologistas empatan con muchas
organizaciones a nivel internacional; cedieron su inscripción legal para que el
FA pudiera participar en las elecciones del 2016, pero cuando el FA obtuvo un
apreciable porcentaje de aceptación ciudadana, pretenden usurpar las prerrogativas
de ser FA, pero sin perder el control de su origen como TyL; lo dicho, cuando
conviene quieren seguir siendo TyL y también FA; respaldándose en la representación
legal que supuestamente prestaron para las elecciones.
La
realidad es que la lucha por el poder, luego que el Frente Amplio logro una remarcable
presencia electoral en las últimas elecciones, se ha convertido en un tipo de competencia que
justamente esta nueva generación de izquierda en el Perú estaba tratando de
superar.
La
idea central ha sido ampliar sustantivamente
la democracia interna en las organizaciones políticas, la premisa de un
militante un voto, es la garantía de que no volvamos a la toma de decisiones
por una cúpula de dirigentes, ni al clandestinismo, donde el militante tiene
que acatar los acuerdos de la cúpula sin ninguna explicación; en democracia la mayoría
se acata y la minoría se respeta, pero la información debe ser completa y la comunicación
fluida.
Los que
respaldamos el liderazgo de Verónica Mendoza, ahora agrupados en Nuevo Perú, estamos
en esta línea, no vemos en ella un “gurú” político, ni un mesías del
socialismo, creemos que en este momento es la persona que mejor nos representa,
pero siempre estaremos dispuestos a enfrentar el veredicto de la mayoría, las
elecciones primarias son el mejor termómetro de sentir ciudadano.
Lo más
penoso de este melodrama, digno de una telenovela mexicana o venezolana, es que
llevaron toda su ropa sucia a exponerla en público en los medios sociales y la
prensa, los que justamente se engolosinaron con estas disputas de comadres,
para desprestigiar a toda la izquierda, que con el porcentaje electoral
obtenido, representa una amenaza para el sistema.
Esta
es la hora de hacer una vuelta de página, y continuar construyendo lo que nuestra ciudadanía reclama, una opción de
izquierda seria, con metas y planes realistas, con fuertes convicciones, y un
norte claro y definido.
Seguimos
luchando por la unidad en el FA porque creemos que es una buena opción siempre
y cuando abra su organización a una estructura democrática, donde haya respeto
de mayorías y minorías, no aceptamos más dirigentes innatos, necesitamos
lideres representativos y respaldados por sus bases.
Finalmente
serán estos liderazgos los que darán el valor a las organizaciones, porque de
nada vale una inscripción legal si no tienes la real representación de tus
electores, si no estás inserto en el corazón de tu pueblo.
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