La ciencia utiliza un método llamado prueba y error, el cual básicamente se trata de aprender de nuestros errores, la ciencia social necesita aplicar este método más proactivamente, puesto que los cambios sociales están produciéndose cada vez con mayor velocidad.
En el Perú está llegando la hora de percatarnos de que
la principal falla del modelo es su sistema de representación, en nuestra
constitución el parlamento está pensado para representar los distintas
opiniones, creencias y necesidades de las diferentes regiones y localidades del
país; sin embargo, llevamos décadas y décadas eligiendo cuerpos legislativos
decadentes y cuando pensamos que ningún otro podría ser peor siempre nos
sorprenden con el nivel de bajeza a los que estos pueden llegar.
Es hora de aprender de nuestros errores y darnos
cuenta que el sistema electoral nos obliga a votar por un partido político, no
por un representante, y estas organizaciones han dejado atrás las ideologías
que en el siglo pasado las ligaban a ciertos sectores sociales, que ahora ya no
existen, para convertirse en feudos privados de los fundadores o de la elite
dirigente del mismo, a los cuales los militantes, invitados o simpatizantes
deben lealtad absoluta, liderazgos que a su vez están comprometidos con quienes
financian sus actividades proselitistas.
De tal manera que seguiremos eligiendo, no a nuestros
representantes, quienes defiendan nuestros intereses como comunidad ciudadana,
sino a los representantes de ciertos partidos políticos ligados a determinados
intereses económicos; demás está decir que estos partidos políticos,
convertidos en vientres de alquiler, son cuna de oportunistas hambrientos de
poder, impresentables elementos como los que podemos ver hoy en el congreso,
que sin ningún descaro hacen del estado su negocio particular.
Y recalco que esta es la principal debilidad del
sistema político, no el modelo económico, o el sistema educativo o el sistema
de salud pública, que, aun siendo muy importantes, en última instancia dependen
enteramente de quienes toman las decisiones en la esfera política, que es donde
se hacen las leyes que nos rigen, por eso es tan importante destruir ese círculo
vicioso que continúa hundiendo al país de crisis en crisis.
Una nueva constitución tendría que tener como eje
central un cambio radical del sistema político de manera que empodere a los
ciudadanos con su voto, arrebatando esa facultad de las esferas de estos
supuestos partidos políticos y abriendo las posibilidades de un estricto
control ciudadano sobre sus parlamentarios, quienes no tendrán voz y voto por sí
mismos, sino solo como representantes de su comunidad electoral.
Una primera medida sería disponer que los candidatos
no necesiten ser respaldados por ningún partido político, se validan por si
mismos ante su comunidad y buscan obtener la aprobación necesaria para
representarlos.
En segundo lugar, determinar que cada congresista
elegido sea representante de un único distrito electoral, de manera que cada
distrito electoral tenga que elegir a un único representante, ya que las
diferentes regiones tendrían una cantidad de distritos electorales directamente
proporcional a su población.
En tercer lugar, legislar en el sentido que como
representantes los parlamentarios elegidos no tendrán voz y voto por su propia
convicción, sino que serán solo los mensajeros del mandato de sus electores; lo
que significa que cada proyecto de ley deber ser previamente promovida y
discutida dentro del distrito electoral antes de poder ser aprobada.
Bases elementales para una democracia amplia y
participativa con un real poder ciudadano; Perú puede ser el pionero en América
Latina, adelantándose a una época de cambios sociales significativos.