Todos los años se celebra mundialmente el día del
orgullo gay, lo que provoca muchos comentarios controversiales al respecto. ¿Qué
es lo que realmente hay tras esta controversia? ¿qué ideologías son las que
sostienen cada posición y cuales sus fines?
En primer lugar, hay que poner de lado las criticas de
parte de los fundamentalistas religiosos, que creen que ser gay es un pecado
ante Dios, una perversión sexual, una enfermedad mental, una desviación de la
personalidad, ellos simplemente no practican la fe que predican, exacerbando
los odios y la discriminación entre las personas y se aferran a la interpretación
de algunos párrafos de libros considerados sagrados, los cuales sostienen su
doctrina.
A este grupo de personas que se aferran a una doctrina,
tiene que sucederles algo muy trascendente para que abandonen su creencia, pues
su visión del mundo solo se basa en la fe y a un artículo de fe no hay manera
de rebatirlo porque es indemostrable.
Otra cosa es con aquellos que insisten en confundir
sexo con género, envolviéndolos en un solo paquete; “Dios nos creó como varón y
hembra y la naturaleza confirma que solo existen dos sexos, la biología también
lo demuestra científicamente”.
Aclaremos entonces: ¡Por supuesto que solo existen dos
sexos! Nadie es tan ignorante para afirmar o contrario, el sexo es biológico, en
el universo mamífero existen machos y hembras, eso asegura la reproducción de
la especie, pero el género, es un constructo social racionalizado por mentes
capases de pensar, en el mundo animal el sexo tiene la única finalidad
reproductiva, en el ser humano tiene además significados románticos y de
disfrute del placer.
Lo masculino y femenino, el denominado género, es
psicológico y al construirse socialmente el individuo tiene poco o ningún
control del mismo, es una complicada combinación de hormonas, entorno de
crianza y experiencias de vida, que escapan del control del individuo, nadie
decide convertirse en gay, es una situación que les toca enfrentar en la vida.
Históricamente podemos comprobar que las actitudes
consideradas masculinas o femeninas han variado durante el tiempo; muchas de
las modas, colores, artefactos, funciones, consideradas exclusivamente femeninas
hace varias décadas, ahora son compartidas por los hombres, así como muchas
actividades consideradas exclusivamente masculinas, son ahora desempeñadas por
mujeres.
Hay que recalcar nuevamente que nadie escoge ser gay,
no es cuestión de gustos, como algunos pretenden creer, nadie nace gay, también
es cierto, pero los factores sociales y las circunstancias vivenciales que cada
individuo atraviesa, no las escoge uno, están fuera de nuestro control
personal; ser gay no es una opción, no es una perversión, ni una enfermedad
mental, es un hecho que les toca vivir a muchos seres humanos.
Vamos a preguntarnos ¿Por qué a tantas personas les
causa aversión el homosexualismo? Yo veo dos principales razones:
La primera relacionada a los hombres, especialmente en
el mundo latino, donde han sido criados en un entorno de machismo fundamentalista,
marcar las diferencias entre macho y hembra resulta indispensable, es difícil para
ellos aceptar el hecho científico de que todo ser humano posee tanto hormonas
masculinas como femeninas y que, más allá de las diferencias físicas, las
preferencias sexuales no se definen hasta avanzada la niñez.
Curiosamente los más homofóbicos, entre los varones,
son aquellos que sienten grandes dudas sobre su orientación sexual, de allí la
necesidad imperiosa de simular las diferencias remarcadamente.
La segunda es más bien de carácter social, cuando
alguien menciona la palabra homosexual, gran parte de las personas traen a su
mente la imagen de un hombre con la cara exageradamente pintada, vestido con
ropa femenina de colores muy llamativos y bastante reveladora, por no decir exuberante,
paseándose a altas horas de la noche por en alguna calle oscura ofreciendo su
cuerpo; o sea, aquellos a los que deberíamos llamar putos, de la misma manera
como las mujeres que ofrecen su sexo las
llamamos putas; pero así como puta no es sinónimo de mujer, puto no es sinónimo
de homosexual.
El homosexual es una persona tal como cualquiera de
nosotros, con sentimientos, con sentido de responsabilidad, con honor, con los
mismos valores que más o menos todos poseemos; y así como en todo grupo de
personas, existirán entre ellos personas muy buenas y otras no tan buenas; la
excomunión social que se ha practicado con la comunidad homosexual, ha
provocado que se tache a todo el conjunto como depravados, generalizando una
conducta de un pequeñísimo porcentaje de la misma.
Por eso resulta importante que la comunidad gay marque
sus diferencias con ese grupo que llamamos putos, sinónimos de depravación
sexual y que hacen mucho daño a la imagen del movimiento homosexual.
Otro grave problema que afronta la comunidad gay es la
continua negación en los espacios legales para reconocer la unión civil; esta
decisión se condice con la negación de derechos individuales de que son objeto
por causa de que son considerados, personas “anormales”, sin embargo,
increíblemente, se reconoce la unión de personas con enfermedades terminales e
incluso los matrimonios con menores de edad, como reparación en casos de
violación, lo que demuestra el doble rasero moral de nuestra sociedad.
El principal propósito de la unión civil es reconocer
una unión de hecho entre dos personas, lo que les da derecho sobre las
propiedades y demás beneficios sociales que favorecen a la pareja, derechos que
son reconocidos a las parejas heterosexuales, incluso sin estar unidos
legalmente por lazos matrimoniales.
Parejas homosexuales que conviven y trabajan juntos
durante muchos años construyendo un patrimonio común, aportando fielmente al
seguro social, y, sin embargo, si uno de ellos fallece se les niega el derecho
a compartir los bienes y beneficios que les correspondería.
Uno de los más grandes temores entre los
fundamentalistas religiosos, principalmente, es que, junto con el derecho a la
unión civil, conlleva el derecho de adopción, les escandaliza pensar que un
niño sin padres pueda ser criado por una pareja homosexual, por la misma razón
que creen que ser homosexual es un pecado, una perversión, una enfermedad
psiquiátrica.
Bajo esos términos un niño criado en un hogar gay
seria “inducido” al pecado, “contaminado” por instintos antinaturales,
“contagiado” por la peste homosexual; sin embargo, nada hay más antinatural que
privar a un niño del calor de un hogar, de un entorno familiar donde se le
prodigue el amor y la atención que merece, donde no importa el sexo, la raza,
la condición social.
El homosexual no nace en hogares homosexuales, ni se
contagia con el ejemplo de otros homosexuales, es más, la mayoría han sido
criados en hogares cristianos; desde la perspectiva que nadie toma como una
opción ser homosexual, negar la oportunidad a un infante de disfrutar de una
familia y el cariño que de ella se deriva, es condenar su futuro.
Por otro lado, debo decir, que me parece errado el
termino LGTB para la comunidad homosexual; desde que admitimos que solo existen
dos sexos biológicos, hembra y macho, todo aquel que atraviesa sus limites en
una u otra dirección es un homosexual, es decir tanto lesbianas como gay o
bisexuales son simplemente homosexuales; más bien los transexuales fueron una
vez homosexuales, pero desde el momento que cambiaron sus genitales deben ser
reconocidos como heterosexuales, ya que se encuentran en un cuerpo y una
identidad sexual que encajan mutuamente; es comprensible, aun así, que se
solidaricen en la lucha por el reconocimiento de los derechos gay, dado que son
discriminados por la misma razón.
El motivo de celebrar el orgullo gay es rescatar a
todas esas personas que tienen que vivir en la sombra con sus sentimientos,
muchos teniendo una doble vida, y demostrarles que no tienen que vivir con
vergüenza por ser las personas que son, que no son malas personas, que no hay
ningún mal dentro de ellos, que pueden mostrarse a la luz de día tal como son y
sentirse orgullosos de ser quienes son, sin ser juzgados, ni discriminados por
sus preferencias sexuales, como la sociedad lo hizo anteriormente con las
mujeres, con los negros, con los judíos.
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