Desde fines del siglo XIX, con motivo de la llegada de
Colón al continente, los criollos, que eran leales a la corona mayormente,
porque eran beneficiarios de los privilegios que esta les ofrecía, festejaban
el 12 de Octubre como la llegada de la civilización occidental al continente y
el inicio de sus riquezas y privilegios; eso explica históricamente como la
lucha por la independencia tuvo un fuerte rechazo en las ciudades capitales,
especialmente Lima, que era el centro neurálgico del virreinato.
Esta costumbre ha perdurado en diferentes grados, según
las locaciones, hasta nuestros días; pero ¿Qué es lo que tendríamos que
celebrar?
Justo en estos días un “influencer” denominado Capitán
Perú inició un debate al proponer un evento para celebrar en esta fecha nuestra
hispanidad; es entendible que cierto grupo étnico celebre ciertas fechas con un
significado especial para su comunidad, tal como los alemanes en Pozuzo
celebran su llegada a la región y sus fiestas nacionales propias, o como la
comunidad china en el Perú celebra sus propias costumbres y feriados. Etc.,
pero entendemos que no es una celebración nuestra como nación, a pesar de que
tenemos que reconocer las influencias culturales que ellos pueden haber marcado
en nuestra propia nacionalidad; así, los españoles en Perú o sus descendientes
y admiradores, pueden celebrar la llegada de Colon a estas tierras, pero no es
nuestra hispanidad lo que podemos celebrar como peruanos o americanos.
A diferencia de las influencias culturales chinas y
africanas enraizadas en nuestra “choledad”, la influencia hispana fue insertada
a fuerza de sangre y látigo, las guerras de conquista, las mitas, la santa inquisición,
las encomiendas y los virus que trajo consigo España, acabaron con cerca del
90% de la población nativa; algunos objetan que no hubo genocidio porque hubo
sobrevivientes, entonces también estarían negando el holocausto nazi porque aún
existen judíos.
Negar el genocidio hispánico en América es querer
tapar el sol con un dedo, solo comparable con las teorías terraplanistas que
coincidentemente se ponen de moda.
Tampoco se trata de negar nuestra hispanidad, recibimos
en nuestra cultura un idioma (mas avanzado que el nuestro en esa época) así
como algunos avances científicos (bastantes cortos pues recién estaban saliendo
del oscurantismo de la edad media) y algunas costumbres sociales y alimentarias
que se sincretizaron con las nativas, pero definitivamente la herencia cultural
más nefasta que nos dejaron y que subyace hasta nuestros días es la religión católica,
esta nos ha dominado por más siglos que España misma, nos doblega mentalmente a una situación
de culpa permanente ante un Dios sancionador, y que limita el desarrollo social
mediante normas inmutables que fueron escritas dos milenios atrás, aun en
contra del sentido común y de la ciencia, alimentando el poder de una casta eclesiástica
que hace todo lo posible para conservar su influencia política y su tesoro económico.
Alguien trató de rebatir arguyendo que los españoles contribuyeron
a la modernidad del país al construir carreteras, puentes, puertos, iglesias, escuelas,
universidades, etc., pero olvidan, en primer lugar, que dichas edificaciones
fueron hechas para provecho de sus compatriotas (ningún indio se sirvió de
ellas) y para provecho de sus negocios con la corona; en segundo lugar, que aun
admitiendo el valor de la modernidad adquirida, si hacemos un balance de lo
aportado contra lo robado, estamos en un estimado de mil a uno a favor de
España.
También vi argumentos negando que hubo robo, entonces
pregunto: ¿Cuánto pagaron los españoles por las toneladas de oro y plata que
sus galeones cargados a tope llevaban a Europa? o ¿Cuánto pagaron por las
tierras que se apropiaron en nombre del rey? o ¿Cuánto pagaron a los mitimaes
que esclavizaban en las minas para extraer el mineral? Hasta donde sé, apropiarse
de un bien sin retribuir un justiprecio es un robo, ¿o cómo le llaman?
Argumentos veo que claman que debemos agradecer que
fueron españoles quienes nos conquistaron, pues ellos se mestizaron con los
nativos, mientras los ingleses en América del norte realmente acabaron con la población
nativa.
Falso estamento, primero porque a pesar de ser cierto
que de las tribus nativas en América del norte quedaron mucho menos sobrevivientes,
hay que tener en cuenta que la población nativa de ese subcontinente era mucho
menor que la del sur, por lo mismo los estimados porcentuales del exterminio son
similares.
Tampoco es plausible aceptar el argumento de que los
Incas no eran unos santos, que erigieron su imperio conquistando a sangre y fuego a otras poblaciones; esto es
cierto, ninguna guerra de conquista es amable; a diferencia de los
conquistadores europeos, los incas conquistaban para asimilar, destruían ejércitos
y gobiernos enemigos, para incorporar luego a las autoridades locales y
gobernar a la comunidad, no para exterminar
la población ni para expoliar las riquezas; aun así, la crueldad de las
guerras incas no pueden justificar el exterminio del conquistador europeo, si
los consideraban salvajes por ese comportamiento significa que se impuso el más
salvaje de todos.
Segundo aspecto a tener en cuenta es la diferencia geográfica,
en el norte no existía la riqueza mineral que si tenia en abundancia el sur,
por tanto, el objetivo primordial de los ingleses fue colonizar las tierras,
las cuales eran sumamente fértiles, aunque muy agrestes, llegaban familias dispuestas
a hacer crecer sus siguientes generaciones en este lugar, para ello, lógicamente,
tenían que arrancar las tierras de sus propietarios anteriores y la forma más
eficaz era exterminándolos.
En el sur, por el contrario las cordilleras hacían que
la tierra fértil fuera escasa, pero en cambio existía mucha riqueza mineral, por
tanto la prioridad de la corona era extraer la mayor cantidad de oro y plata
posibles para llevarlos a España, la mayoría de los conquistadores no vinieron
a quedarse, a formar generaciones aquí, era una tierra inhóspita para ellos,
vinieron a hacerse ricos y regresar a su madre patria para disfrutar de lo extraído;
puesto que la principal riqueza estaba en las minas y los conquistadores blancos
estaban muy poco dispuestos a bajar a sus profundidades para conseguir el metal
precioso, necesitaban de los indios para que les hagan el trabajo, otra razón para
no exterminarlos por completo.
Entonces sí, tenemos una herencia cultural y étnica de
España un poco mas fuerte que la de los africanos y los chinos, actualmente
somos mas mestizos que otra cosa, no solo étnicamente sino también culturalmente,
pero es difícil celebrar algo que nos fue impuesto tan cruelmente; es como
reconocer que somos hijos del hombre que violó a nuestra madre y que llevamos
su sangre en nuestras venas, pero no nos pueden pedir que lo amemos y
respetemos.
Somos mas coherentes en llamarnos latinos antes que
hispanos, es fútil querer llamarse hispano porque habas español, ni tienes que
hablar latín para ser latino, es porque el sentido de lo latino actualmente
expresa mejor ese sentimiento de mestizaje que acarreamos desde nuestra transculturización
global, universal, pero donde nuestra raíz, andina o indígena, es siempre hegemónica.
El criollo en su afán de mostrar lealtad a la corona erigió
monumentos a sus conquistadores, etiquetó calles y plazas con sus nombres,
ahora el sentido común esta haciendo que se desaparezcan estas señales de admiración
al cruel conquistador, lo cual no es negar la historia, por el contrario, es
ponerla en su verdadero contexto, siempre enseñaremos a las generaciones
quienes fueron los que nos conquistaron, pero también sabremos decirles como
fue la conquista, ojalá aprendamos de ello; tampoco creamos que esta es una
tarea prioritaria (la de hacer desaparecer monumentos) pero no vamos a
condenarla cuando se produce.
Tampoco debemos caer en el error de la generalización,
al decir “los españoles” cometieron masacres en América, sabemos que nos
referimos a los conquistadores, que fueron elegidos entre la peor ralea de la península
y sus gobernantes de entonces que promovieron esa cruenta expoliación; pues, además,
en el tiempo, llegaron otros españoles que fueron grandes personas, que se
preocuparon por mejorar la calidad de vida en estas tierras, lamentablemente no
fueron la mayoría.
Finalmente, el uso de etiquetas resulta irrelevante si
no tenemos en cuenta el significado que les damos a las mismas, nos pueden
llamar hispanos, latinos, indios, cholos, pero lo que no debemos aceptar es que
esto conlleve un significado de admiración inmerecida hacia nuestros
conquistadores, ni un sentido despectivo hacia nuestros verdaderos orígenes; el
valor de nuestras raíces es superior a lo que un conquistador puede imponer.
Doce de octubre, ¡nada que celebrar!